Monday 10 September 2012

Nómade

Crecí con la noción de que mi papá era un nómade frustrado. Quizás fue Ona en una vida pasada y por eso en esta no podía quedarse quieto por mucho tiempo.

Si planeaba un viaje, trataba de meter la mayor cantidad posible de destinos. Nunca quedarse en un lugar por 2 semanas. Cada 2 o 3 años, en PDE, nos mudábamos. Y yo siempre le pedía, por favor, que paremos. 'Este es el último, no Pa?' le preguntaba. 'Si, Dany, con este nos quedamos'. Hasta que manejando veía un emprendimiento, paraba 'para chusmear, nomás', y al cabo de unos meses, firmaba el boleto. Y todo volvía a empezar.

Es más, mi mamá asegura de que si nos quedamos tantos años en el departamente donde crecí fue porque tenía el colegio en frente.

Cuestión que a veces la genética sorprende, y mucho. Nunca creí que fuese tan parecida a mi papá, y más por sentir esta aversión hacia las mudanzas. Asique no entiendo cómo, después de apenas 1 año y medio de haberme ido a vivir sola, ya esté jugando con la idea de vivir en otro lado. Se ve que blood really is thicker than water.

Monday 3 September 2012

(Dream a little dream of me)

Estábamos en la oficina cuando uno de los vendedores nos traía un changuito de Carrefour lleno de cosas. Vos te enojabas y decías que lo tenía que llevar hasta el auto, un par de pisos más arriba.

Para hacer las cosas más rápido, con mamá lo agarrábamos y lo hacíamos nosotras. Nos subíamos al ascensor y apretábamos cualquier piso. Terminábamos en una terraza, hermosa, llena de camastros con mesas para tomar algo y que miraban al mar. Un mar oscuro, como el que te gustaba a vos, con delfines. Y ballenas. Y todos estos animales saltaban y nos saludaban.

Lo único que recuerdo decir es 'Papá tendría que estar acá con nosotras, viendo esto'. Me levantaba e iba a buscarte. Si bien no esbozaba las palabras, lo que realmente pensaba era '...ya que son sus últimas horas a nuestro lado'.

Y me desperté.

Apenas abrí los ojos, una infinita tristeza invadió mi ser. No ibas a poder estar más conmigo, como hace 6 meses -casi 7- que no lo estás. No podía no llorar, no podía frenar las lágrimas que me invadían. Y ahí me di cuenta, de nuevo, de toda la falta que me haces.

I miss you, Dad.