Friday, 14 November 2014

Be who you are.

Venía con ganas de hacerme un tatuaje. Tenía algo pensado, una frase, pero algo me decía que no era el diseño para mí. Algo en latín, que se traducía a 'Ella vuela con sus propias alas'. Lindo mensaje, obvio, pero no se aplicaba a mi persona. Las veces que quise hacer las cosas sola no me fue de lo mejor. O sí, pero me cansé de estar sola por capricho.

Por eso puse un parate en la Tattoo Search 2014. Supuse, como hice con todos los anteriores, que el tatuaje me iba a encontrar a mí, y no al revés. Y así fue.

Estaba en el cine. En un momento, un personaje interpretado por Denzel Washington le dice a uno de Chloe Grace Möretz: 'You gotta be who you are'. Y algo dentro mío hizo click. Sentí que tocaron una cuerda de guitarra que ni sabía que tenía.

Be who you are. Sé quien sos, quienquiera que seas. Parece una obviedad, pero es muy fácil perderse, intentar ser quien no se es. Puede costar volver a encontrarse, pero en definitiva el mensaje es el mismo.: no importa quien es ese ser.

Esto no significa no cambiar nunca. Al contrario. Significa ser permeable y permitirse a uno mismo ser quien uno sabe, en el fondo, que es. Aunque la vida te cambie. Si cambiaste, perfect. Pero se quien sos. Always.

Y me quedo son esa frase. 
Be who you are. 

Friday, 7 March 2014

Volver a casa.

Todo empezó durante una charla de amigas, en un restaurant de Las Cañitas. Entre mollejas y entraña, ella me dice 'Deberíamos tener un programa de radio'. 'Dale!', pensé yo. Corría enero del 2010 y no sabía que la vida, en 1 año y medio me iba a sorprender con este proyecto que se convirtió en hijo.

Pasó el tiempo, y honestamente puse la idea de tener mi propio programa en el fondo de mi mente. Seguí con mi vida. Llega julio del 2011y recibo otro llamado, de ella, de Rochi: 'Van a sacar del aire el programa en el que estoy porque G. quiere echar al conductor. Robémosle el horario y salimos nosotras'. Así, sin pensarlo. Sin anestesia. Le dije que sí.

Nos juntamos en mi casa recién mudada. Un mediodía, mientras almorzábamos, empezamos a joder con nombres para un programa. Para decidir qué queríamos decir, y qué nos gustaría transmitir. Después de 10 minutos, encontramos el nombre (o nos encontró a nosotras? Nunca lo sabré). Y así nació Vestite Que Viene Gente.

La premisa era fácil: una charla de esas que teníamos siempre que nos veíamos, solo que con audiencia (hopefully). Presentamos la idea en la radio, nos dieron el ok. En menos de 2 semanas ya teníamos todo armado y salimos al aire.

Acá se pone complicado; pocas cosas me dieron tanta felicidad como Vestite. Era una sensación de volver a un lugar que era mío, pero que recién conocía como propio. A su vez, estaba pasando por momentos feos a nivel personal. Me estaba separando de mi novio con el que salí por 7 años, y mis padres se reconciliaban. Ahora, esto puede parecer como algo positivo; pero para mí no lo fue. Recién casi 3 años después, pude aceptarlo. Y en el medio tuvo que morirse mi papá para que pueda ver la situación desde otro lado que no fuese el dolor. Pero en fin, nada. Fueron meses muy agridulces de mi vida.

Por motivos ajenos a nosotras, la primer temporada de VQVG duró poquito. Fueron 4 meses cargados de risas, llantos, emoción. Toda la ira e impotencia que sentía por mi situación sentimental era trasladada a esas 2 horas de mis lunes. Y era feliz.

En enero del 2012 volvimos. Otra radio, otra gente, mismas ganas. Yo no sabía que en poco más de un mes iba a sentir el cachetazo más fuerte que me podía dar la vida, que me sacudiría desde adentro y me clavaría una espina en el corazón que sigue estando ahí.

Me fui a fines de enero a Punta del Este, a pasar 1 semana con mi familia. Me fui feliz, contenta, con ganas de estar con mis papás. Volví con el corazón angustiado, preocupado y asustado, y 2 días después de mi llegada a Buenos Aires, mi papá se moría. Solo. En Terapia Intensiva. Y mi vida nunca más fue la misma.

Cuento esto porque Vestite Que Viene Gente es parte de mí. Es, como dije un poco más arriba, un hijo mío. Fue una muleta cuando la necesite, fue un escape cuando el dolor me agobiaba. Conocerme a mí es conocer al programa, y conocer al programa es mirar por la cerradura de mi alma.

Ayer volvió VQVG al aire. Otra radio. Otro día. Otro horario. Y con una persona más. Ahora somos 3 en esta familia radial. Y fue volver a casa. Fue volver a ese lugar mío, muy mío, que tan bien me hizo y tanto me ayudó. Fue hablar desde otro lado. Fue plantear situaciones habiendo cambiado en casi 3 años. Fue volver desde otra perspectiva. Fue volver, sabiendo que no estaba sola. Fue volver al lugar donde pertenezco.

I'm home.


Wednesday, 5 February 2014

II

(2 años. 24 meses. 730 días. 17.520 horas.)

En todo es(t)e tiempo, me las tuve que rebuscar cuasi sola. Sin esa voz que me guiaba, incluso desde el silencio. Sin esa mirada con tanta sabiduría que me aconsejaba. Sin esos abrazos que podían calmar cualquier tempestad que azotaba mi interior. Sin esa presencia que me protegía y desafiaba a la vez.

Sin vos.

Sin vos, que cuando querías me volvías loca. Que cuando se te metía algo en la cabeza, no descansabas hasta lograrlo. Que cuando me veías mal, me hacías reir con tus chistes mal contados de Clemente. Que te enojabas cuando no me ponía algo de color rojo, para honorar a ese equipo ídem que tantas alegrías y tristezas te daba. Que me burlaba hablando bien de Alfonso el pequeño, y me silbaba cuando le subía el volumen a la marcha peronista, que siempre sonaba en algun momento. Que odiaba verme llorar, y hacía todo lo posible para que pare. Que me regalaba un ramo especial de rosas cada 21 de abril. Que bailaba mal. Que adoraba hacer reir a la gente. Que le encantaba cocinar. Que me hizo conocer el mundo. Que me dio todo, y más.

Vos, que subiste el standard de hombre que quiero para mi vida, dándome todo. Que me malcriaste y me hiciste sentir que era el centro de tu mundo, de tu universo. Que me enseñaste a hacer siempre lo que me dijese una de esas voces que tenía dentro, sin importar cuán doloroso fuese para los demas. Que me enseñaste a pararme derecha, mirar siempre para adelante y caminar con paso firme. Que me enseñaste a ser a good man in a storm.

Siempre tuve la idea de que en las fechas claves te iba a extrañar horrores. Y si bien es así (Navidad sin tu lechón a la parrilla no es la misma!), es en el día a día donde más falta me haces. Es cuando veo algun chiste y mi instinto es mandártelo por BBM. Es el reirme sola cuando me caigo y contartelo. Es que Mamá exagere alguna anécdota y buscar tu mirada cómplice. Es cuando necesito algun consejo que te busco, siempre primero, siempre antes que a nadie. Es cuando tocan el timbre de la oficina que espero verte llegar.

Te extraño de maneras que nunca sospeché, y me duelen partes de mí que no sabía que podían sentir dolor. Es sentirte cerca e inalcanzable. Es saber que me estás cuidando desde dondequiera que estés. Es creer que vas a estar orgulloso de mi. Es esperar volver a verte, en algun lugar, en los sueños, algun día.

I miss you. Forever and Always.