Cuando la nube negra se apodera de mi cabeza, y el meltdown es inevitable e imparable, siento que todo mi mundo se termina. Es así, y más cuando estoy off my meds. No hay nada que pueda hacer y lo más conveniente es simplemente tratar de ir con la corriente.
Pero como siempre que llovió, paró, al menos eso me aseguran. Y es cierto que con un poco de distancia, la perspectiva cambia, y podés poner las cosas en la balanza.
Si pasé por tantas cosas y sobreviví, un poco cascoteada, pero con pulso y todo, esta vez no puedo ser menos.
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