Wednesday 2 May 2012

XXVI

Hace 11 días fue mi cumpleaños. Y esta vez, no recibí el ramo de rosas rojas + 1 blanca. La ausencia de esa persona que siempre me dio todo se hizo notar.

Venía bastante bien, igual. O sea, lo extraño cada día más, pero el escuchar su nombre ya no me hace llorar instantáneamente. Mejor, estaba empezando a parecer más desequilibrada de lo que ya soy. Pero cuando hablé por teléfono con mi mamá y me dijo lo que Él me decía sienmpre, fue demasiado.

Nunca dudé de que fui la luz de sus ojos. El amor que mi papá sentía (siente) por mí lo viví todos los días de mi vida. No fue siempre fácil, no fue siempre feliz, no fue siempre gracioso. Hubieron momentos oscuros, de lágrimas, de gritos, de peleas. Pero siempre salía el Sol. O yo.

Por eso lo mejor que pude haber hecho fue irme. Irme por unos días, distanciarme de todo y pasar mi día con mi hermana del alma. Esa que estuvo ahí cuando me dieron la peor noticia de mi vida. Esa que me abrazó bien fuerte cuando sentía que no podía seguir respirando. Esa que me levantó cuando no podía seguir caminando.

Y de hecho sonreí. Y me reí. Y por un momento volví a ser la que era antes de que la vida me arranque a esa persona que siempre tuvo un abrazo para darme. O un beso. O unas palabras de aliento. O consejos. Y eso me puso bien.

No voy a estar triste toda la vida. No voy a llorar siempre. Y ahora ansío que llegue el día en el que te recuerde con una sonrisa. Y un poco de melancolía, porque te voy a amar siempre, pero a sabiendas de que cuando sea grande, muy muy muy grande y ya sea mi hora, te voy a volver a ver.

I (will always) miss you, Daddy.


No comments:

Post a Comment