Friday 7 March 2014

Volver a casa.

Todo empezó durante una charla de amigas, en un restaurant de Las Cañitas. Entre mollejas y entraña, ella me dice 'Deberíamos tener un programa de radio'. 'Dale!', pensé yo. Corría enero del 2010 y no sabía que la vida, en 1 año y medio me iba a sorprender con este proyecto que se convirtió en hijo.

Pasó el tiempo, y honestamente puse la idea de tener mi propio programa en el fondo de mi mente. Seguí con mi vida. Llega julio del 2011y recibo otro llamado, de ella, de Rochi: 'Van a sacar del aire el programa en el que estoy porque G. quiere echar al conductor. Robémosle el horario y salimos nosotras'. Así, sin pensarlo. Sin anestesia. Le dije que sí.

Nos juntamos en mi casa recién mudada. Un mediodía, mientras almorzábamos, empezamos a joder con nombres para un programa. Para decidir qué queríamos decir, y qué nos gustaría transmitir. Después de 10 minutos, encontramos el nombre (o nos encontró a nosotras? Nunca lo sabré). Y así nació Vestite Que Viene Gente.

La premisa era fácil: una charla de esas que teníamos siempre que nos veíamos, solo que con audiencia (hopefully). Presentamos la idea en la radio, nos dieron el ok. En menos de 2 semanas ya teníamos todo armado y salimos al aire.

Acá se pone complicado; pocas cosas me dieron tanta felicidad como Vestite. Era una sensación de volver a un lugar que era mío, pero que recién conocía como propio. A su vez, estaba pasando por momentos feos a nivel personal. Me estaba separando de mi novio con el que salí por 7 años, y mis padres se reconciliaban. Ahora, esto puede parecer como algo positivo; pero para mí no lo fue. Recién casi 3 años después, pude aceptarlo. Y en el medio tuvo que morirse mi papá para que pueda ver la situación desde otro lado que no fuese el dolor. Pero en fin, nada. Fueron meses muy agridulces de mi vida.

Por motivos ajenos a nosotras, la primer temporada de VQVG duró poquito. Fueron 4 meses cargados de risas, llantos, emoción. Toda la ira e impotencia que sentía por mi situación sentimental era trasladada a esas 2 horas de mis lunes. Y era feliz.

En enero del 2012 volvimos. Otra radio, otra gente, mismas ganas. Yo no sabía que en poco más de un mes iba a sentir el cachetazo más fuerte que me podía dar la vida, que me sacudiría desde adentro y me clavaría una espina en el corazón que sigue estando ahí.

Me fui a fines de enero a Punta del Este, a pasar 1 semana con mi familia. Me fui feliz, contenta, con ganas de estar con mis papás. Volví con el corazón angustiado, preocupado y asustado, y 2 días después de mi llegada a Buenos Aires, mi papá se moría. Solo. En Terapia Intensiva. Y mi vida nunca más fue la misma.

Cuento esto porque Vestite Que Viene Gente es parte de mí. Es, como dije un poco más arriba, un hijo mío. Fue una muleta cuando la necesite, fue un escape cuando el dolor me agobiaba. Conocerme a mí es conocer al programa, y conocer al programa es mirar por la cerradura de mi alma.

Ayer volvió VQVG al aire. Otra radio. Otro día. Otro horario. Y con una persona más. Ahora somos 3 en esta familia radial. Y fue volver a casa. Fue volver a ese lugar mío, muy mío, que tan bien me hizo y tanto me ayudó. Fue hablar desde otro lado. Fue plantear situaciones habiendo cambiado en casi 3 años. Fue volver desde otra perspectiva. Fue volver, sabiendo que no estaba sola. Fue volver al lugar donde pertenezco.

I'm home.


No comments:

Post a Comment