Thursday 28 July 2011

Holidays. Celebrate.

Me encanta viajar. Aunque ya conozca mi destino, esa sensación de llegar a un lugar familiar pero que no es del todo tuyo, me vuelve loca. Es moverse con comodidad, pero sin realmente asentarse. Justo cuando estas demasiado cómoda, te tenés que volver. Y eso hace que esas dos semanas lejos de tu casa, de tu cama, de tus amigos, de tu todo, sean más preciadas. Por lo menos para mi.

Pero no todo es perfecto al estar lejos de casa. La convivencia es una de las cosas más complicadas y complejas que aquejan a todo viajante. Y más si tus compañeros son tu madre bipolar y tu padre obsesivo compulsivo. Uno pensaría que, tras haber vivido toda mi vida con ellos, ya me acostumbraría a sus shennanigans. Pero no siempre es así.

Antes de irme, mi amiga Cyn me dijo algo que me retumbó bastante: 'Entre toda su locura, ustedes se llevan bien. Saben manejarse'. Holy crap, tiene razón! Tanto mi papá como yo sabemos que mi mamá no sabe esperar. Nada. Se pone ansiosa y quiere hacer quilombo (peachy, right?). Lo loco del tema es que en esa situación ganamos todos: ella la pasa bien y se obtienen resultados.

Tanto mi papá como mi mamá saben que no tengo el mejor humor a la mañana. Bah, eso es un eufemismo, tengo un humor de mierda y odio que me despierten mediante algun ruido, léase la cafetera, el abrir un cajon, la televisión, etc. Pero después de unos minutos, cuando ya me despabilo y tengo mi Frappuccino en la mano y los anteojos puestos, it's all good.

Y tanto mi mamá como yo sabemos que, para mi papá, la hora de la siesta es sagrada. Literal. Puede estar incendiándose el hotel, mientras sea la hora de dormir, los bomberos van a tener que esperar. Y ni se te ocurra despertarlo. Se pone de un humor parecido al de aquel nenito de 5 años que le sacaron su juguetito preferido. Just awesome.

Pero sabemos estar juntos. Cada uno respeta su tiempo personal y atesora los momentos que estamos juntos, ya sea paseando por el Aventura o comprando alguna pelotudez en Walgreens (aunque desde que me mudé sola, mi papá suele ser un poco más clingy que de costumbre).

All in all, mis vacaciones con mis padres estan llenas de risas, metidas de pata y ronquidos. Pero, como dijo elocuentemente Cyn, entre toda la locura, nos llevamos bien.

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