Friday 17 August 2012

Lección de Historia.

A veces me sorprenden las cosas que quedan guardadas en los albores de mi mente. Cosas que me enseñó mi papá sin quererlo, o quizás sí y fui yo la que no se dio cuenta.

Varias veces me comentó, al pasar, los obstáculos que tuvo que superar antes de que naciera con su empresa. Papeles, formularios, contar las monedas para ir a pagarle a sus proveedores. Como vendió su auto y viajaba en colectivo para ahorrar. Todo, todo destinado a algo que había empezado su papá hacía 10 años y que el Proceso se encargo de frenar.

Los militares se fueron, llegó Alfonso el pequeño y después nací yo. Pero mientras tanto, la historia seguía escribiéndose. Más trabas, más obstáculos pero felicidad paralela. Y yo me negaba a ser parte de aquello que me robaba tiempo con mi papá. Miraba con desprecio, uno agridulce porque gracias a ello tenía todo lo que podía llegar a querer y más, a la entidad que hacía que mi papá llegase cansado a mi casa todas las noches y no jugase conmigo. Ese monstruo que hacía que mi papá no estuviese presente en ninguno de mis cumpleaños. Ninguno de los actos de colegio. Ninguna entrega de diplomas. Esa bestia que hacía que la gente asumiese que mis papás estaban divorciados o que mi mamá era soltera, porque a Daniel no lo habían visto nunca.

Más años, la historia no para por nadie, enfermedades y dolores. Y me terminé convirtiendo en parte de esta gran maquinaria. Esto, que es el legado de mi papá. Y con más información de la que me había dado cuenta.

Se que las herramientas para poder capear temporales están, solo tengo que encontrarlas. Y me emociona, casi hasta las lágrimas, saber que de aquel local chiquito en donde sólo habían 3 personas y se tenían que contar las monedas para pagar, haya lo que hay hoy.

Es bastante presión, really. Pero me gusta. Me hace sentir que mi papá esta acá al lado mio.

(he'll be there always)

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