No digo que hay que hacer las cosas de manera improvisada y desprolija. Para nada. Hay que tener una agenda y tratar de seguirla. Pero cada tanto, tener la suficiente cintura como para poder modificarla un poco.
Hay ciertas circunstancias extraordinarias que hacen que nos despeguemos un poco de nuestra hoja de ruta. Quizás una amiga necesita un oído. O quizás tu novia necesita que la abracen. Sea lo que fuere, a veces las personas necesitamos saber que somos Prioridad. Y no una Opción.
Y lo digo con mayúscula, porque para mi es importante saber que recibo lo que doy. O por lo menos, en teoría, tendría que ser así. Siento que doy todo. Y recibo menos.
Últimamente, estoy perdiendo la pulseada entre Prioridad vs. Opción. Estoy perdiendo. Estoy.
¿Estoy?
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