Cuando era chiquita, siempre escuchaba a mi mamá decir esa frase. No entendía bien qué quería decir, pero me gustaba, no se por qué.
A medida que fui creciendo y algunas cosas no salían de acuerdo a lo planeado, mi mamá la repetía. Hasta que un día, lo entendí.
Hoy, que faltan 2 días para cumplir las dos docenas, miro a mi alrededor y, por un nanosegundo pienso que no era así mi presente como me lo imaginaba cuando era chiquita...sino que es mucho mejor.
Por eso no voy a entrar a hiperventilar porque el año que viene se viene el gran 2 gran, sino que voy a sonreir porque aprendí a tomarme mis tiempos. Acepté que está bien hacer las cosas a mi propio ritmo. Tengo amigas que son inamovibles, una hijita de 4 añitos que es más linda que el sol de las seis y media de la tarde, un hermanito que siempre me da besos, y más zapatos y carteras de las que pueda necesitar.
So far, so good!
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