Anoche confieso que me costó trabajo quedarme dormida. Daba vueltas, me tapaba, me destapaba, tenía frio, calor...son increíbles los juegos que te depara la mente cuando estas pre-ocupada con algo.
Leí un mail antes de acostarme, un mail que pensé que iba a decir mucho más de lo que realmente dijo. Pensé que alguna actitud conciliadora iba a aparecer, un espíritu de "ok, estamos mal, pero quiero que estemos bien"...y no lo sentí así. Lo bueno es que ese mail existió, y no me dejó en un limbo horrible, como pasó hace unos meses atras en donde todavía sigo esperando la respuesta (y ya me pseudo resigné a la idea de que no va a llegar).
Y si hay algo que me enseñó la vida en estos últimos meses es que las relaciones cambian, la gente deja de hablarse, crecemos, sentimos y mientras tanto la vida sigue. Y si hay cosas que se terminan, siempre podés mirar para atrás y sonreir al recordar los tiempos vividos. O llorar...
...pero ese no es mi caso.
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