Tipeando mini bios de distintas bandas, artistas, orquestas. Ordenando alfabéticamente. Manipulando talento puro, de las décadas que mas me gustan, sesenta, setenta, ochenta, noventa. Viendo como distintos artistas fueron mutando, cambiando, madurando. Gente original, otra que copia, los one-hit wonders, los blockbusters, los transgresores, los que se pierden entre la masa. Los que van a los extremos, los que flotan en el medio, los que se recuerdan con cariño. Todo desordenado. Es trabajo de hormiga, sí. Es laborioso. Es cansador, por momentos la vasta cantidad de discos abruma.
Y jamás fui tan feliz.
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