El miedo debe de ser uno de los peores paralizantes. No te deja pensar. No te deja respirar. No te deja actuar.
Y tampoco es que podes quedarte paralizada por mucho tiempo; vivimos en un mundo donde todo se necesita para ayer y la velocidad es apreciada.
Pero al miedo no le importa nada de esto. El miedo se agarra de tu alma y empieza a desparramarse e invadir todo tu ser. Y sin que te des cuenta estás ahí, paralizada, sin saber qué hacer, para dónde ir, y la vida te sigue pidiendo movimiento.
Empezás a dudar de todo. Por primera vez, el no saber qué es lo que se avecina te asusta demasiado y la esperanza que mantenías viva amenaza con irse.
Entonces, qué haces?
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