Creo que muy pocas veces somos realmente conscientes del efecto y peso que tienen nuestras palabras, ya sean habladas o escritas.
Y creo que es mejor. Porque si realmente lo supiésemos, el 80% de lo que pensamos no sería plasmado fuera de nuestra cabeza.
Aunque hay casos en los cuales podés llegar a arrepentirte, por momentos lo hecho está hecho. Y no vale la pena llorar por leche derramada.
Es un camino de ida, nomás.
No comments:
Post a Comment