Saturday 13 March 2010

Nadie está a salvo de la locura.

Una vez, me dijeron que la definición de locura era repetir el mismo comportamiento una y otra vez, y esperar un resultado distinto.

También, me dijeron que el simple hecho de cuestionar nuestra propia cordura demuestra que no la hemos perdido, ya que para la gente insana, su accionar es normal y no merece escrutinio.

Pero me puse a pensar; realmente sabemos dónde termina la realidad y empieza la fantasía? Qué tanto tendríamos que confiar en nuestros sentidos si el cerebro es quien controla todo, desde lo que sentimos hasta si de hecho lo hacemos? Si los ojos lo "ven", las manos lo "sienten", la nariz lo "huele", el oído lo "oye" y la boca lo "degusta", entonces algo tiene que existir. O no? No necesariamente. A veces, gracias al humo y los espejos, la ilusión de que algo estuvo siempre delante de nuestras propias narices y de repente se esfuma viene más seguido de lo que se podría apreciar.

Admito que me ha pasado.

Igual, me reconforta saber que, en distintas ocasiones y casi sin darme cuenta, me he preguntado a mi misma "¿Estaré loca?", para después sonreir y poder respirar con tranquilidad. So far, I'm not.

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