Sunday 13 November 2011

I miss you.

Es así de fácil. Te extraño. Todo el día, todos los días. Cuando me despierto, cuando me quedo haciendo fiaca en la cama, cuando me levanto. Cuando me estoy vistiendo para ir a trabajar. Cuando veo mi celular y no hay un mensaje tuyo deseándome los buenos días. Cuando nadie me dice 'Cosita'. Cuando Pixie hace algo gracioso y no tengo a quién contárselo. Cuando estoy en el supermercado y paso por la sección de cervezas. Cuando estoy escuchando música y suena alguna canción de esas que compartíamos. Cuando tengo alguna pregunta boluda, de esas típicas mías, y me quedo esperando tu respuesta cuasi-descansadora que no llega, porque ya no estás.

Hay días donde escucho el ascensor y me quedo a la expectativa de escuchar tu llave en mi puerta. A Pixie le pasa lo mismo. Pero no sos vos. No sos vos porque te fuiste de mi vida. De nuevo. Y tu ausencia se hace cada vez más evidente con el correr de los días. Por momentos tengo el instinto de mandarte un mensaje para contarte algo, hasta que me doy de que no puedo. De que ya no querés saber nada de mí. Y duele.

Duele demasiado saber que soy persona no grata en tu presente. Más que nada porque vos sos más que bienvenido en el mío. Y ver como vos, que fuiste parte de mi vida por 7 años y medio seguís con la tuya sin siquiera mirar atrás, salís de joda, no pensas en mí ni me extrañás hace que me quede pegada en un momento y no pueda (ni quiera) salir de él.

Lo enfermo de la tristeza es que aparece en los momentos menos pensados. Mientras estoy tomando algo con mis amigos en Plaza Serrano y veo, a la distancia, una pareja que se está dando un beso en el medio de la vereda. O cuando me entero de algun recital al que podríamos ir juntos. O alguna película que se que te gustaría. Y agarro el celular. Al pedo, porque no puedo mandarte un mensaje. Bah, en realidad puedo, pero vos no me lo contestarías. Estás demasiado feliz sin mí en tu vida.

Porque, en definitiva, al final era yo. A pesar de que me aseguraste de que no era así. Que te había 'agarrado un raye' y 'querías estar solo'. Porque si querés estar solo no te rodeas de trolitas que te presenta tu amigo R. No. Te quedas tranquilo, pensás, analizás qué carajo te pasa para que sientas que tenes que tirar una relación de 7 años a la basura. Y hacés los cambios correspondientes.

Pero vos no cambiaste nada de tu vida. Tus amigos son los mismos. Tu trabajo es el mismo. Tu casa es la misma. Lo único que cambiaste es que mandaste a cagar a tu novia. O sea, a mí. Lo que te jodía de tu presente era yo. Y está bien, supongo.

Y me cansé de pensar en vos, J.Q. Honestly. Me cansé de llorar porque un flaco pasa al lado mío por la calle y tiene tu olor. O porque veo algo de Defensores y pienso en vos. O porque necesito un abrazo o que alguien me haga reir y no estás. O porque Pixie duerme con una remera tuya y cuando le pregunto dónde está el padre, llora. Ya me cansé. Me cansé de extrañarte todo el día, todos los días.

Me cansé de este dolor que parece no querer irse.

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