Monday 21 November 2011

The one that got away (In another life, I would be your girl)

Las mujeres, en reglas generales, somos más sentimentales que los hombres. Eso no es novedad. Pero lo que sí puede serlo para algunos, es que el corazón femenino esconde más cosas que el arcón de una abuela.

Dolores que se rehusan a desaparecer. Alegrías que podrían iluminar una ciudad entera. Traiciones que horrorizarían a Jack el Destripador. Secretos confiados que jamás veran la luz del día. Y amores que tienen que ser archivados, porque sencillamente no pueden ser.

Y todas, pero todas, tenemos a 'ese' chico que nos dejó tal huella en el alma que hace que no podamos olvidarnos de él. Léanme bien: todas.  No tengo certeza de muchas cosas, cada vez son menos, pero de esto sí estoy segura. Algunas, las menos, tienen la suerte de que ese ser especial siga estando a su lado. Pero la mayoría, tuvo que dejarlo ir. A la persona, claramente. Porque su recuerdo no te deja jamás. Y tampoco tenes ganas, igual.

Sin darte cuenta, te rehusás a cerrarle la puerta del todo. La esperanza de que empiecen otro capítulo juntos, más adelante, te hace sonreir. Quizás no ahora, ni mañana, ni el mes que viene. Tal vez dentro de 3, 5 u 11 años. Tal vez compartan la última etapa de sus vidas. Tal vez no, pero te gusta pensar que sí. Esto no significa que te conviertas en una reclusa y no salgas ni rehagas tu vida. Para nada. Vivís. Sonreís. Llorás. Te juntás. Te separás. Seguís caminando...pero nunca dejás de amarlo o de pensar en él.

Tal vez, en otra vida, en otro plano astral, bajo otras estrellas, estarían juntos. Pero ahora, acá, ya, no lo están. Y lo aceptás.

Y das vuelta la página.


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