Wednesday 9 November 2011

Mamma Mia!

Decir que la relación con mi mamá no es óptima es un understatement. Decir que mi mamá es una mala persona no sería del todo cierto. Decir que es buena, tampoco.

No se bien cuándo se produjo el quiebre en nuestra relación. Creo que tampoco es relevante, no puedo hacer nada para arreglarlo. Lo que importa es que hoy ya pasaron muchas cosas como para querer revertir todo.


De chica tuve gustos raros. A mis ojos, Marilyn Manson era (es) un genio musical; transgresor y con un mensaje más que interesante. Para mi madre, era un travesti falopero que envenenaba mi mente. Y supongo que las diferencias son aceptables entre padres e hijos; las canciones del Club del Clan me parecen patéticas. Pero mi señora madre jamás se guarda sus opiniones. Si piensa algo, lo dice. Y no siempre de la mejor manera. Y eso tampoco está mal, supongo. Pero cuando critican TODO lo que pensas, empieza a joder.

No se si es porque fui la favorita, pero siempre trate de alcanzar el standard que (me) impusieron mis padres. La hija perfecta. La que habla inglés mejor que su propia lengua madre. La que siempre se saca 10 en el colegio. La que dice lo justo y necesario. La que no fuma ni toma ni es promiscua. La que no es 'rarita'. Una chica bien.

Nunca fui rebelde. Esa cosa de hacerse el zurdito sólo porque sos adolescente siempre me pareció una pelotudez. A mi me gusta tener cosas lindas, me gusta mi auto, mi celular, mi ropa. Me gusta viajar. Por eso, también, actue durante mi adolescencia como una chica tranquila. Hice mis cosas, pero ante los ojos de mis padres, la casa estaba en orden.

Por eso, cuando mi cuerpo no se convirtió en el de una supermodelo, mi madre plantó uno de los peores traumas de mi niñez; uno que me persigue hasta hoy. Si yo no me siento cómoda, no ayuda en lo más mínimo que me vivan recalcando mis imperfecciones. Pero eso no detuvo a mommy dearest. No. Con la excusa de que es 'por mi bien', siempre sentí que no podía llevarme nada a la boca sin el escrutinio feroz y ácido de su parte. Lo lindo del tema es que ella tampoco es una MILF. Y su propio trauma se convirtió en el mío. Awesome.

Es feo, y por lo general de 'estos temas no se habla', pero ya no me avergüenza decir que ocasionalmente me metía los dedos hasta el fondo de la garganta para vomitar lo que había comido. Y si bien me costaba, la felicidad que sentía justo después no se compara con la de ninguna droga. Primero venían las lágrimas, igual. La culpa. El pensar 'por qué no pude haber sido perfecta?' Pero después de unos minutos, sí: la felicidad. Yo controlaba mi cuerpo. Yo podía manejarlo. Yo era la encargada de formarlo. Yo. Nadie más. Yo. 

Cuando cumplí 14 años, mi papá se enfermó. Y se enfermó en serio. A esto le sucedieron 11 años de internaciones, sanatorios, médicos, operaciones, más operaciones, alcoholismo, bipolaridad y unos padres que expresaban su odio mutuo a los 17 vientos. Y yo en el medio, claro. Hace 2 meses, ese odio, aparentemente, se transformó en 'amor'. Por qué las comillas? Porque no les creo en lo más mínimo.

Me parece increíble, y no en el buen sentido, que 2 personas que estuvieron separadas pero juntos por una década solucionen todo tan drásticamente en un puto viaje a España en 2 semanas. Que un día esté todo bien y al otro, todo olvidado, perdonado y superado. Pero creo que ahí reside el tema: mi papá se quiere olvidar de lo que pasó. Pero olvidar, perdonar y superar son tres cosas que no necesariamente siempre van juntas. Uno puede olvidar y suprimir todas las puteadas que le han dicho a la cara. Uno puede olvidar que lo dejaron solo en una cama de un sanatorio, a propósito, en navidad y año nuevo. Uno puede olvidar las veces que le dijeron 'viejo de mierda, morite o te interno en un geriártico'. Uno puede olvidar las veces que le dijeron que no sentían nada de amor, y que solo seguían juntos porque un divorcio era muy complicado. Uno puede olvidar todas estas cosas.

Pero yo no.

Yo no me olvido de los 11 años de calvario que sufrí junto a mi madre. Y tampoco digo que mi papá es un santo. Fue (es) alcohólico cuando tuvo que dejar el cigarrillo. Es caprichoso. Es controlador. Y por momentos, es demasiado bueno para su propio bien.

Entonces lo que no entiendo, por más de que trate, es esto: cómo puede alguien olvidarse de todo lo que le hicieron por más de una década? Cómo puede alguien, con tal de vivir sus últimos años en 'paz', creer cuando le proclaman amor? Cómo puede alguien tenerle tanto miedo a la soledad que prefiere quedarse con el malo conocido, antes que con el bueno por conocer? Cómo puede alguien aferrarse a eso que alguna vez fue amor, hace más de 15 años? Vale la pena?

Escucho a mi papá decir 'a esta altura del partido, voy a estar solo?'. Precisamente porque es a esta altura del partido es que uno tendría que estar bien. Y estar acompañado no necesariamente implica esto.


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